¡Hola! Hace mucho que no publicaba y no es sino por falta de tiempo, buena excusa. Tengo, como he dicho muchas veces una cantidad de reseñas en espera, así que (cuando tenga tiempo) publicaré dos reseñas por semana posiblemente.
Hoy os voy a dejar con un texto que escribí hace años para el colegio y que he copiado y pegado, ya se que ni es hora de publicar ni hoy toca este tipo de entrada, pero tomarlo como una "recompensa" por mi ausencia. No he querido releerlo para corregir errores porque quiero que esté tal cual lo escribí. A ver que os parece...
No
aguantaba ni un momento más allí dentro, dentro de ese lugar, en el
que uno iba a ayudar a todas las personas necesitadas, por las que
perdía varias horas de la tarde, sin importarme, pues sabía que
aquello merecía la pena, a pesar de que la mayoría de las veces no
recibía ni una sola muestra de agradecimiento por su parte, pero aún
así me quedaban ganas y fuerzas de ir.
Era
el cambio de temporada, de verano a invierno, y todas aquellas pobres
personas iban a llevarse ropa para pasar esta próxima estación de
frío que llegaba, como mantas, abrigos, chaquetones... Pero ese día
no era como uno normal, pues cada una de las familias quería tener
la mejor manta, el mejor abrigo, la mejor bufanda, querían llevarse
variedad, aunque el próximo mes vengan como siempre vienen a
llevarse más todavía. Pero no, a mi no me importaba colaborar allí,
el problema estaba en que en esa tarde, fue mucha, muchísima gente,
la mayoría no tenía recursos algunos, ni para comer siquiera, por
eso además de a nuestro armario también acudían a nuestras
oficinas en las cuales se trata de resolver algunos de sus problemas.
La mayoría
eran
inmigrantes por lo que teníamos que saber tratarlos, pero durante el
último año también ha habido ciudadanos de este pueblo, los que se
han visto obligados a venir aquí a causa de la crisis, algunos, por
no decir todos ni imaginaban que iban a estar aquí, en cáritas,
pidiendo ropa por necesidad propia. Vienen familias que han luchado
todo lo que podían por sus trabajos, por no perderlos, y sin embargo
ahora se ven en esta situación; familias que no merecen estar aquí,
sentados en esas frías escaleras, esperando a que les toque su
turno. En esa tarde a mí me tocó fuera, controlando la ropa que se
llevaban, había estado algún tiempo sin salir, pero aquel sin duda
no fue el mejor día para hacerlo, pues veía a personas que las
había visto tiempo atrás en las mejores tiendas, gastando y
gastando, pero que ahora por su codicia, se habían arruinado.
Aquello que les sucede a estas personas es muy triste, pues temes que
la próxima a la que le ocurra esto sea a ti, o a alguien muy
cercano. Temes que un día, te despidan de tu trabajo, y temes que
nadie pueda ayudarte. Por eso no me gusta salir fuera, por que ves
todas estas desgracias, ahora en este tiempo, ves a mucha más gente
de aquí que a personas inmigrantes. Cuando estás sentada en esa
mesa, ves a niños en la calle que vienen a acompañar a sus padres,
algunos de los cuales van descalzos. Da mucha pena ver así a toda
esa gente, pero yo me siento bien sabiendo que puedo ayudarlos,
sabiendo que si aporto mi granito de arena, va a haber personas que
no pasen frío durante este gélido invierno.
Pero
esa tarde, había demasiadas personas, tanto inmigrantes como de esta
localidad, habían demasiadas voces ahí fuera, por eso temía que
fuese a pasar algo, que la gente se enfrentara. Pero por suerte nada
de esto pasó, nadie se enfrentó.
Esa
día acabamos más tarde de lo normal, cerramos nuestro armario a las
diez de la noche, mientras que otros días nos marchábamos cerca de
las ocho y media, pero a mi esto no me importaba, el esfuerzo merecía
la pena. Ese día mi equipo había ayudado a varias familias a que no
pasasen estos días de frío sin nada con lo que arroparse por las
noche, sin que el frío les cale los huesos, sin que todos los niños
de la familias que acudieron allí cogieran resfriados a causa del
frío, por falta de ropa o de calzado.
Por
todos estos buenos motivos hace falta ayudar a las personas,no solo
porque las ayudas a ellas, no, sino por también te ayudas a ti
mismo, porque nos gustaría que algún día en el que nos haga falta,
también nos ayuden a nosotros, por que no nos queremos quedar nunca
sin nada que llevarnos a la boca, porque queremos que todas las
personas de este mundo sean felices y tengan más de una oportunidad.
Por
esto y por muchos más motivos ayuda a aquellas personas que lo
necesiten. Por esto no te rindas y hazte voluntario por una buena
causa.
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